El Día de los Muertos celebra la vida de los difuntos al tiempo que alivia el dolor de los vivos
Por Lourdes Medrano, ľ¹ÏÖ±²¥ News
Cuando su padre murió hace unas dos décadas, el Dr. Mathew Sandoval construyó en su honor un altar colorido y lo decoró con flores, velas y artículos personales. El altar, parte de la tradición ancestral del Día de los Muertos, lo ayudó, a sus 21 años, a sobrellevar su dolor.
"Básicamente, me dio herramientas para lidiar con esta pérdida", dijo Sandoval, un académico cultural en Arizona. "Fue muy impactante".
La festividad mexicana del Día de los Muertos, o Día de Muertos, es una ocasión para que las personas recuerden a aquellos que han partido. Cada año, los días 1 y 2 de noviembre, se celebran estas vidas con ofrendas, o altares, esqueletos cómicos, música, bailes y abundantes dulces y alimentos. Y aunque la tradición está repleta de alegía, también la acompaña la angustia mental de confrontar la muerte.
"Esa es la dualidad del Día de los Muertos", dijo Sandoval, un maestro en Barrett, The Honors College en la Universidad Arizona State, en Phoenix. "Eso es lo que causa indecisión en algunas personas o hace que otras personas puedan percibirlo como algo mórbido, porque simultáneamente, tienes la muerte y la vida situadas una al lado de la otra. Tienes el dolor colocado junto a la risa; tienes la tristeza puesta justo al lado de al alegría. No estamos acostumbrados a que esas cosas estén tan juntas, o es bien triste o bien alegre".
Las celebraciones del Día de los Muertos se han hecho omnipresentes en los medios de comunicación en Estados Unidos a medida que las comunidad hispana y latina crecen, dijo Sandoval. Más de la mitad de los casi 64 millones de gente hispana en Estados Unidos son de ascendencia mexicano, según los datos del censo del 2022.
Michelle Sáenz, una médica especializada en salud mental en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Texas Tech, en Lubbock, dijo que las tradiciones culturales como el Día de los Muertos pueden ayudar a cualquiera, sin importar su raza o etnicidad, con el proceso del duelo después de la muerte de un ser querido.
"A veces a las personas no se les enseña una forma saludable de llevar su dolor, así que lo hacen de la mejor manera posible", dijo ella. "Cuando otros miembros de la familia u otras personas ven eso, no están seguros de cómo ayudar".
El dolor puede tener diversas implicaciones para la salud. ha relacionado el duelo con sueño interrumpido, problemas cardíacos, y cambios en el sistema inmunológico y en la presión arterial.
El Día de los Muertos no está para reemplazar el duelo, dijo Sáenz. Más bien, puede ofrecer una forma saludable de "expresar tus sentimientos y permitir que otras personas sepan que está bien estar triste y afectado, llorar e incluso así ser feliz por esos recuerdos de las personas que fallecieron".
La muerte de un ser querido puede suscitar sentimientos abrumadores de pérdida, sobre todo para los niños quienes tal vez no entiendan el concepto de muerte y podrían confundirse al resultar expuestos por primera vez al Día de los Muertos, dijo Sáenz. Al explicar la celebración, es una buena idea usar lenguaje concreto adecuado para la edad. Los adultos, por ejemplo, deben decir que la festividad recuerda a las personas que han muerto en vez de referirse a ellas como personas que ya no están con nosotros, dijo ella.
"Queremos asegurarnos de tranquilizarlos y de confortarlos, de identificar sus temores e ideas equivocadas, y tan solo realmente normalizar el proceso del luto y las emociones que lo acompañan", dijo Sáenz.
La celebración es también una oportunidad de aliviar los temores acerca de la muerte entre los adultos, dijo ella. "Es tan solo esa parte de la vida por la que todos tenemos que pasar, y entre más hablemos de ella, más la normalizaremos, más alejaremos ese temor de las personas".
En México, donde la celebración está profundamente arraigada en rituales prehispánicos entre los indígenas que se fundieron con las costumbres cristianas después de la llegada de los españoles, el Día de los Muertos es parte de la infancia. Los mexicanos "tienen una fuerte tradición que se desarrolla desde una edad muy temprana", dijo Sandoval, quien ha realizado vasta investigación sobre la celebración. Durante las festividades, los niños se deleitan con calaveras de dulce que a menudo están adornadas con sus nombres.
Los niños aprenden que la muerte es una parte de la vida, dijo él. "No es algo de lo que los (adultos) protejan a los niños. En cierta forma, ellos invitan a los niños a que piensen acerca de eso, a que hay un sentido más amplio de la vida".
Aunque el duelo es un componente importante del Día de los Muertos, dijo Sandoval, celebrarlo proporciona a las personas una oportunidad de recordar tiempos más felices con la persona difunta. Algunas sociedades indígenas tradicionales creen que durante la celebración los espíritus de los muertos regresan para interactuar con los vivos en alguna forma, dijo él. "No todos creen eso, pero al menos, es una oportunidad de recordar a aquellos que amamos".
Las personas se reúnen alrededor de los altares o en los cementerios para compartir historias memorables, e incluso divertidas, de los fallecidos. Puede ser triste en un sentido existencial porque los familiares y amigos se fueron, dijo Sandoval, pero es alegre porque a los fallecidos se le recuerda por los rasgos que las personas amaron en ellos.
Sáenz dijo que no hay una forma correcta o incorrecta de celebrar el Día de los Muertos, que también se celebra en otros países latinoamericanos. Alguien que está de luto puede recurrir a una celebración comunitaria local en busca de apoyo, dijo ella.
"No necesitas tener un altar como el que otras personas tienen en sus casas", dijo Sáenz. "Debes hacer lo que sea mejor para ti en tu proceso de superación del dolor".