La influenza y COVID-19 son malas por sí solas, pero también pueden aumentar el riesgo de los ataques cerebrales

Por Michael Merschel, ľ¹ÏÖ±²¥ News

Adrienne Bresnahan/Moment, Getty Images
(Adrienne Bresnahan/Moment, Getty Images)

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Comienza la temporada de la influenza. En medio de una pandemia de coronavirus. ¿Es también tiempo de pensar sobre los riesgos de padecer ataques cerebrales?

Los investigadores dicen que sí. Tener gripa o el coronavirus puede aumentar las probabilidades de tener un ataque cerebral isquémico, el tipo con el cual se bloquea el flujo sanguíneo en el cerebro. Aunque la cantidad de personas afectadas podría ser pequeña, entender la dinámica de esta posibilidad puede ayudar a todos a protegerse.

Cuando una persona con gripa o COVID-19 sufre un ataque cerebral, podría tratarse de la culminación de un proceso largo, dijo el Dr. Mitchell Elkind, profesor de neurología y epidemiología de la Universidad Columbia en la ciudad de Nueva York.

"Los  incluyen la alta presión arterial, diabetes, fumar, los niveles de colesterol, no hacer ejercicio y llevar una mala alimentación", dijo Elkind, presidente de la ľ¹ÏÖ±²¥. Estos factores pueden establecer las condiciones para que un coágulo bloquee un vaso sanguíneo o se acumule la grasa llamada placa.

Entonces, un evento súbito puede empujar al sistema más allá de sus límites y ocasionar el ataque cerebral, dijo el Dr. Babak Navi, director de la División de Ataques Cerebrales y Neurología Hospitalaria en Weill Cornel Medicine en Nueva York. Esos eventos se llaman detonadores y "las infecciones son detonadores bien conocidos".

Elkind publicó varios de los estudios iniciales acerca de la relación entre los ataques cerebrales y las infecciones. Recientemente, también aportó a estudios que mostraron que quienes tuvieron una enfermedad como la influenza también adquirieron un riesgo más elevado de padecer un ataque cerebral en días posteriores. En un estudio preliminar de 2019, tener una enfermedad como la gripa se relacionó con un riesgo un 40% mayor de padecer un ataque cerebral dentro de los 15 días siguientes a esta.

Navi fue coautor de un estudio publicado en julio en en el cual se mostró que, entre las personas que acudieron a la sala de emergencias o fueron hospitalizadas, tener COVID-19 se relacionó con un riesgo siete veces mayor de padecer un ataque cerebral en comparación con las personas que recibieron tratamiento para influenza.

Es importante mantener esas estadísticas en perspectiva, dijo Navi. En el estudio, solo un 0.2% de los pacientes con gripa tuvo un ataque cerebral, comparados con el 1.6% de los pacientes con COVID-19. "La mayoría de las personas que contraen COVID-19, incluidas las suficientemente enfermas para ir al hospital y ser internadas en cuidados intensivos, no desarrolla un ataque cerebral".

Aún no se entiende exactamente cómo la gripa o el coronavirus podrían disparar un ataque cerebral. Sin embargo, la inflamación, que es una respuesta del sistema inmunitario ante una infección, parece ser un vínculo común.

"Por lo general, sabemos que la inflamación es un factor de riesgo para los ataques cerebrales", dijo Navi. "Asimismo, parece que entre más inflamación exista, mayor es la probabilidad de tener un ataque cerebral".

También hay un riesgo cercano entre el sistema inmunitario y la coagulación sanguínea, explicó Elkind. Se sabe muy bien que los glóbulos blancos protegen en contra de la infección. Sin embargo, las plaquetas, las células que forman coágulos, también atacan y envuelven a los virus como parte de la respuesta inmunológica.

Hay otros factores que entran al juego con la gripa. Una enfermedad como la influenza puede hacer que la persona se deshidrate, dijo Elkind, lo cual también puede ocasionar un riesgo mayor de padecer un ataque cerebral o cardíaco.

Elkind y sus colegas han observado que la gripa parece ser un detonador más presente en personas jóvenes. Las personas de mayor edad tienen estadísticas peores en cuanto a los números absolutos de los ataques cerebrales, indicó, pero, debido a que las personas menores de 45 años no tienen la misma cantidad de factores de riesgo, el efecto es sobresaliente.

También añadió que "parece que el coronavirus tiene algunos trucos escondidos en la manga". Puede unirse a las células que forran los vasos sanguíneos y provocar coágulos en todo el cuerpo, incluido el cerebro.

Los investigadores siguen recopilando datos acerca de la relación entre el coronavirus y los ataques cerebrales. Sin embargo, dados los riegos que ya se conocen y que se reafirmaron en un los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (las siglas CDC en inglés), en el que se encontró que 1 de cada 8 adultos hospitalizados con la influenza tuvo una complicación en el corazón, no es sorprendente que este año los expertos enfaticen las vacunas contra la gripa.

La AHA ha recomendado la vacuna contra la influenza desde hace mucho tiempo para proteger en contra de las complicaciones de las enfermedades cardiovasculares, dijo Elkind. Este año, esta organización sin fines de lucro está lanzando una para promover las vacunas en contra de la gripa y para animar a los empleadores a adoptar políticas que las fomenten, como tiempo libre con goce de sueldo y estaciones móviles de vacunación en los sitios de trabajo.

Los CDC indican que vacunarse contra la influenza este año es más importante que nunca, no solo para protegerse a uno mismo, sino para ayudar a reducir la presión por la que atraviesan los sistemas médicos al responder ante la pandemia de COVID-19.

Aparte de la vacuna para la gripa, dijo Elkind, todos deben de saber las señales de advertencia de un ataque cerebral. Es tiempo de llamar al 911 cuando hay estos síntomas: rostro caído, brazo débil, dificultad para hablar.

El doctor también indicó que todos deben continuar observando las pautas de prevención de COVID-19.

"La mejor forma de protegerse en contra de un ataque cerebral ocasionado por el coronavirus es protegerse en contra del virus inicialmente", señaló. Evite las multitudes. Use un cubrebocas. Lávese las manos. Mantenga la distancia. "Todas las cosas que se nos han enseñado en los últimos meses".

Nota del editor: Debido a los eventos en rápida evolución que rodean el coronavirus, los hechos y consejos presentados en esta historia pueden haber cambiado desde su publicación. Visite Heart.org para obtener la información más reciente y consulte con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y los funcionarios de salud locales para obtener la orientación más reciente.

Si tiene una pregunta o un comentario sobre este artículo, por favor mande un correo electrónico a [email protected].


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