La tristeza y el aislamiento de la pandemia pueden hacer más difícil sobrellevar el dolor
Por ľ¹ÏÖ±²¥ News
Nancy Kruh siempre pensó que cuando falleciera su madre ella estaría a su lado sujetándole la mano y reconfortándola en un momento tan significativo.
Eso no sucedió de esa manera.
Jan Kruh murió en enero después de una enfermedad larga no relacionada con el coronavirus. Estaba en Manhattan, Kansas, mientras que su hija permaneció en cuarentena en Carolina del Norte y su esposo de 72 años solo tuvo permitido estar con ella durante sus últimas etapas.
"La idea de que muriera sola fue algo muy tirante y triste", dijo Nancy, una escritora que vive en Nashville. "Agradecí tanto que estuvieron con ella dos de sus personas favoritas del centro de atención de ancianos. Aun así, el no poder estar a su lado me enfermó el alma".
Millones de personas han enfrentado esa angustia durante la pandemia del coronavirus, cuando las restricciones separan a personas que agonizan de sus familiares y amigos e impiden que los dolientes puedan compartir su pena en persona. La familia Kruh aún no sabe cuándo y cómo se reunirán para una ceremonia de conmemoración.
"El aislamiento afecta duramente a las personas", dijo la Rev. Victoria Long, capellana del hospicio Suncoast Hospice de Pinellas Park, Florida. "La trayectoria emocional es muy larga cuando no se tiene la oportunidad de acompañar la experiencia de los seres queridos".
Los servicios paliativos que ofrece Long ayudan a las personas a enfrentar el proceso de fin de vida y con el duelo posterior. La tecnología para conectar a las personas en línea no es un sustituto perfecto, señaló, pero puede ser una tremenda ayuda.
Hace poco, Long organizó una llamada de conferencia por video para que una mujer en cuidados paliativos, que había sufrido un ataque cerebral y no podía hablar, tuviera la oportunidad de ver y escuchar a su familia.
"Levantaba la mano y tocaba a diferentes personas en la pantalla", dijo Long.
Long también supervisa ceremonias de remembranza y grupos de duelo en línea. "El duelo es un proceso y la imposibilidad de haber estado presente añade otra capa de dolor", dijo. "Hay que saber que toma tiempo y que hay que buscar lo que nos brinde paz. Cuidarse a uno mismo es algo que no puedo enfatizar lo suficiente".
En eso está de acuerdo el Dr. Alan Koenigsberg, psiquiatra clínico y profesor de la Escuela de Medicina Southwestern de la Universidad de Texas en Dallas.
"Aunque pensemos que estamos preparados para atravesar el duelo, realmente nunca es así", comentó. "No existe manera fácil y, cuando añadimos el aislamiento que tenemos en estos momentos, se hace aún más duro un tiempo que es difícil por naturaleza".
Sus consejos para sobrellevarlo parecen sencillos, aunque reconoce que es más fácil decirlos que hacerlos.
"Establezca algo de estructura", dijo Koenigsberg. "Levántese en la mañana, dé un paso tras de otro, haga las cosas de rutina que lo ayuden a lograr el día. Trate de hacer algo de ejercicio y de dormir bien. Además, recuerde que sentir dolor es una respuesta normal y saludable".
Hasta en las mejores circunstancias la tristeza puede disparar malos hábitos alimenticios o el abuso del alcohol y las drogas, añadió. El aislamiento aumenta esos riesgos.
"Hable con los demás y pida ayuda si la necesita", dijo. "También obtenga cualquier atención médica que necesite. Muchas personas han demorado su cuidado (por miedo de contagiarse con el virus) y ahora llegan a la sala de emergencias en condiciones peores que las que tendrían regularmente".
Ambos Long y Koenigsberg resaltaron la importancia de mantener las relaciones con otras personas y lo valioso que han resultado las conexiones virtuales. Las comunidades de fe y los grupos de apoyo, por ejemplo, se han ajustado para proporcionar ayuda virtualmente.
"Se han creado comunidades de apoyo maravillosas en línea", dijo Long. "Es algo diferente pero positivo y me muestra la importancia de nuestra capacidad para adaptarnos".
Ese fue el caso con Nancy al ir superando la pérdida de su madre y el distanciamiento físico con su padre.
Menciona que cuando puso la noticia del fallecimiento de su madre en Facebook, "Mi página explotó con cientos de expresiones de amor y bondad, con sentimientos profundos y sinceros aunque fueran a distancia".
"Fue como una recepción virtual y le he contestado a cada persona. Ahora así se da nuestra conexión humana y agradezco que tuve la tecnología que me ayudó a responder ante mi pena. Me ha hecho sentirme amada y en estos momentos ese es el mejor consuelo que podría pedir".
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