Donar sangre beneficia tanto al receptor como al donante, y ahora es un momento crítico
Por Laura Williamson, ľ¹ÏÖ±²¥ News
Cada varios segundos, alguien en EE. UU. necesita inesperadamente una donación de sangre. Pero no siempre hay suficiente sangre donada para cubrir esa necesidad. Las agencias de ayuda empezaron el año anunciando que el país estaba enfrentando su peor escasez de sangre en más de una década.
Las donaciones son necesarias para sustituir la sangre que la gente pierde y que no puede reemplazar por una gran variedad de motivos, tales como una cirugía del corazón, trasplantes de órganos, quemaduras, lesiones o tratamientos de cáncer. Pero según la Cruz Roja, solo el 3% de las personas que cumplen los requisitos para donar lo hacen cada año.
"La sangre que necesitamos para estos pacientes solo vienen de los seres humanos", dice el Dr. Fernando Martínez, director médico de servicios de transfusión y operaciones de donantes en el MD Anderson Cancer Center en Houston. "Todavía no contamos con la tecnología para producir sangre artificial".
Si bien en meses recientes se ha visto la escasez de donaciones de sangre más drástica en más de 10 años, el suministro de sangre ha estado en apuros casi desde el principio de la pandemia COVID-19, dijo el Dr. Robert DeSimone, director de medicina de transfusión en New York-Presbyterian Hospital/Weill Cornell Medicine en la ciudad de Nueva York.
Con los encierros en la primavera del 2020, las donaciones de sangre se detuvieron, junto con todo lo demás que implicaba salir a la calle, explicó él. La necesidad de sangre también disminuyó inicialmente, cuando los hospitales pospusieron todo excepto los procedimientos médicamente más necesarios. Pero esa necesidad ha aumentado considerablemente ahora que la gente ha empezado a volver a programar esos procedimientos.
Sin embargo, las donaciones de sangre no han mantenido ese ritmo. Y continúan teniendo altibajos con la oleada de cada nueva variante de COVID-19.
"Administrar el suministro de sangre ha sido un poco como una montaña rusa para nosotros", dijo DeSimone.
Sin embargo, dar sangre no solo es bueno para quien la recibe, dicen los expertos. Donar sangre con regularidad también puede beneficiar a los donantes.
A los donantes de sangre se les hace una serie de pruebas iniciales para determinar si son buenos candidatos para donar, eso incluye preguntas sobre sus medicamentos; viajes a países con altos índices de enfermedades que se transmiten por la sangre, como malaria; si tienen enfermedades transmitidas sexualmente; o si se han hecho un tatuaje recientemente.
Si pasan estas pruebas iniciales, se les hace un "mini examen médico" que incluye tomar la presión arterial, la temperatura corporal y el pulso. También incluye una muestra pequeña de sangre para detectar enfermedades infecciosas y medir los niveles de hemoglobina que revelan cuánto hierro contiene la sangre de una persona. Las personas con bajos niveles podrían ser anémicas y no pueden donar.
"A veces diagnosticamos la presión arterial alta o una arritmia (ritmo cardíaco irregular). También revisamos si hay enfermedades infecciosas", dice DeSimone. "Encontrar algo como eso puede alterar la vida".
Sin embargo, dijo Martínez, las personas que realizan comportamientos de riesgo para la salud no deberían usar la donación de sangre como una oportunidad para informarse si su comportamiento ha resultado en una enfermedad transmisible. "En el pasado, la gente hacía eso, y no eran honestos con nosotros", dijo él. Las personas que realicen comportamientos de riesgo para la salud, como usar droga ilícita intravenosa, o que tengan un resultado positivo de enfermedades transmisibles serán rechazadas como donantes.
Aunque no existe una lista larga de cosas que la gente necesita hacer para prepararse para donar, es mejor si se hidratan bastante, desayunan bien y no fuman ni beben alcohol el día y la noche antes de una donación, dijo DeSimone. La gente también debería planear no beber alcohol inmediatamente después para asegurar que permanecerá adecuadamente hidratada.
El mayor beneficio al donante, dijo Martinez, es saber que ayudaron a alguien necesitado y posiblemente salvaron una vida.
"Realmente puede elevar el alma", dijo él. "Si una persona está en el hospital y necesita sangre, esa persona depende de un donante que decidió donar una hora de su tiempo para ayudar a alguien desconocido".
DeSimone dijo que a él le gustaría ver a más adultos jóvenes donar sangre. "Ellos son la población donadora más saludable que existe", dijo él, pero la menos propensa a donar que los adultos mayores.
Se necesitan dos tipos básicos de sangre, dijo Martínez. La sangre entera es la más común. Además de tener buena salud, en la mayoría de los estados los donantes deben pesar al menos 110 libras y tener 17 años. Pueden donar cada 56 días o hasta seis veces al año.
Las plaquetas se pueden donar 24 veces al año, pero se lleva más tiempo: unas tres horas en vez de una hora. Las plaquetas, fragmentos pequeños de células que forman coágulos y ayudan a detener el sangrado, se necesitan constantemente para ayudar a las personas que se someterán a tratamientos de cáncer, tendrán cirugías especializadas o sufren lesiones graves, y para ayudar a las personas con trastornos sanguíneos. Para extraer las plaquetas, se saca sangre de un brazo, las plaquetas se retiran con una máquina y los componentes sanguíneos restantes se devuelven al otro brazo del donante.
El tipo de sangre O negativo es el más común que se usa para transfusiones cuando se desconoce el tipo de sangre de quien la necesita, porque es compatible para todas las personas. Pero solo el 7% de la población tiene este tipo, así que siempre está en alta demanda.
Sin embargo, se necesitan todos los tipos de sangre para reponer el abastecimiento de sangre en el país, dijo Martínez. "Cualquier persona que desee donar sangre, la aceptaremos".
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